Los estudios masónicos han logrado un “status” académico propio e inobjetable en muchas universidades y centros de investigación europeos y americanos. Sin embargo, en muchos países, este desarrollo todavía dista mucho de ser una realidad, muchas veces por prejuicios ocasionados por pasados enfrentamientos y por enconos de antaño. Tal vez sea interesante señalar que tales prejuicios y enconos provienen, quizás, con mayor intensidad del campo político que del religioso, contrariamente a lo que podría suponerse. El diálogo y los encuentros mantenidos por dignatarios masónicos y de la Iglesia en muy diversas ocasiones y sobre todo después de la II Guerra Mundial han generado un cierto clima de distensión y entendimiento entre ambas instituciones. Esto de ningún modo significa que se haya logrado un entendimiento total pues aún subsisten puntos de muy difícil o de imposible resolución entre ambas.
La Masonología Científica, es una disciplina relativamente nueva perteneciente al campo de las Ciencias Humanas y Sociales. Tiene como objeto de estudio al fenómeno masónico en sus variadas dimensiones y enriquecen su perspectiva los aportes de la Historia, la Sociología, la Filosofía, la Antropología, la Literatura, etc.
En cuanto a su objeto de estudio, la “Masonería”, es necesario definir con exactitud sus límites para evitar confundir grupos o instituciones de las más diversas con Logias u Obediencias masónicas, como por ejemplo las agrupaciones “paramasónicas” (grupos sociales fundados por masones, con gran número de miembros masones o que desarrollan tareas filantrópicas, sociales o caritativas, pero que carecen de toda cualidad masónica, como por ejemplo el Rotary Club o la Cruz Roja Internacional) y las agrupaciones “pseudomasónicas” (aquellas que imitan a la Masonería en sus aspectos rituales y en la utilización del simbolismo, como por ejemplo la Orden de la Golden Dawn), ya que el hecho de contar con mayor o menor cantidad de miembros masones, o manifestar tal o cual tendencia filosófica, social o política considerada como “masónica”, no confiere la calidad masónica, reservando únicamente para el ritual iniciático la capacidad de conferir.
Respecto a sus métodos, la Masonología utiliza los métodos y las técnicas de investigación comunes a las ciencias sociales ya establecidas, aunque en un futuro próximo deberá diseñar métodos propios y específicos para su campo de estudio ya que, debido a las peculiares características del fenómeno masónico, algunos métodos pueden resultar poco aptos o sufrir ciertas restricciones para su estudio. Por otro lado, el desarrollo de estudios objetivos que permitan conocer mejor a la Masonería permitirán dejar de lado las diversas y equivocadas concepciones que la han asimilado a un gigantesco partido político internacional o a una Iglesia o “contra-Iglesia” que pretende dominar al mundo, concepciones erradas que no permiten la correcta apreciación del fenómeno masónico en toda su dimensión (Ferro 2007).